sábado, 29 de mayo de 2010

Feina Ètiques formals

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/28/internacional/1259432736.html. Fer un resum de la notícia i contestar a aquestes qüestions: totes les decisions que es prenen en conjunt són correctes?, per què?; com seria un procediment correcte per prendre decisions?; i si la decisió de la majoria va en contra del que nosaltres creiem que és correcte, què hem de fer? Posa exemples concrets.

jueves, 20 de mayo de 2010

Feina Blade Runner 1r. Batxillerat B

Fer la mateixa feina que 1r. de Batxillerat C.

martes, 18 de mayo de 2010

Llibertat d'opinió II

http://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=MEVEQ1VY&confirmed=1. Mirar el capítol i relacionar-lo amb el tema de la llibertat d'opinió.

Llibertat d'opinió

Aquí teniu l'enllaç http://www.es.amnesty.org/temas/libertad-de-expresion/situacion-en-el-mundo/

sábado, 8 de mayo de 2010

Feina Ètiques materials

Primer enllaç: llegir i resum. http://www.elpais.com/articulo/portada/reino/quiso/medir/felicidad/elpepusoceps/20091129elpepspor_8/Tes
Segon enllaç: llegir, resum i comparar amb la notícia anterior.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_7959000/7959731.stm

Texts pregunta número 3

Un el teniu a l'enllaç http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-43602007000100003&script=sci_arttext i els altres són aquests:

Artículo de Bruno Gallo “Los replicantes no pueden tener correo
electrónico” (El País, 20 de diciembre de 2002).
REPORTAJE
Los replicantes no pueden tener correo electrónico
Las compañía de mensajería en Internet han desarrollado tests especiales que todo
usuario debe aprobar para tener una cuenta de 'e-mail', con el objeto de diferenciar a
las personas de los robots
Un galápago yace boca arriba en el desierto, y usted no le ayuda, así que agoniza y
muere abrasado. ¿Qué siente usted? Con ésta y otras preguntas, por ejemplo sobre su
madre, unos agentes especiales llamados blade runner detectaban a unos robots idénticos
a los seres humanos y los eliminaban. Así sucedía en el futuro imaginado por el
director de cine Ridley Scott, y algo parecido ocurre ahora en la realidad, después de
que las compañías de correo electrónico hayan instalado un test para asegurarse de
que usted, sí, usted, no es una máquina, y por tanto puede tener una dirección de
correo en Internet.
Puede que haya intentado abrir una cuenta de correo en Hotmail (servicio de mensajería
electrónica de Microsoft), Yahoo o Terra (de Telefónica). Habrá tenido para ello que
dar su nombre, apellido, edad, número de teléfono y otros datos personales, y aceptar
los términos del contrato. Pero también habrá tenido que pasar un pequeño test que
quizá no le haya llamado la atención, pero sin cuyo aprobado no habría obtenido su
cuenta.
Rasgos de fantasía y muchos oropeles
El test en sí es muy sencillito. Bueno, es sencillo si es usted humano y no una máquina.
En el caso de Hotmail, se trata únicamente de transcribir en texto los números y
letras generados al azar que aparecen en una pequeña imagen. Los caracteres alfanuméricos
tienen rasgos de fantasía, con muchos oropeles, pero son fácilmente identificables.
Para abrirse una cuenta de correo de Yahoo la prueba es muy similar. Tras suministrar
los datos personales, el usuario tiene que teclear la palabra que aparece en una
imagen un poco distorsionada, con caracteres retorcidos o sobre un fondo psicodélico.
En el caso de Terra el procedimiento es muy similar.
Microsoft explica de modo sucinto el porqué de esta medida: “En la mayoría de los
casos, sólo una persona (no un programa) puede reconocer los personajes de una foto.
Los piratas informáticos utilizan programas que causan muchos perjuicios para registrarse
en varias cuentas con un servicio web. Con estas cuentas, los piratas pueden
interrumpir el servicio y causar problemas a los usuarios. Por ejemplo, los piratas
pueden utilizar las cuentas para enviar correo no deseado. También pueden utilizar
programas dañinos para iniciar sesión automáticamente en varias cuentas al mismo
tiempo”.
Una idea genial contra la piratería
Pero la historia detrás de estas pruebas es mucho más atractiva (ver EL PAÍS del
18/12/2002). La iniciativa partió de Udi Manber, científico jefe de Yahoo, que quería
contar con un modo de diferenciar las máquinas con las que algunos individuos secreaban miles de cuentas de correo electrónico con intenciones piratas de los usuarios
normales.
¿Pero cómo distinguir un hombre de una máquina? Hace 50 años, Alan Turing propuso
que se podía decir que una máquina pensaba si un ser humano no podía identificarla
como tal. El problema es que, a la hora de darse de alta en una cuenta de correo,
no hay una persona al otro lado que compruebe si usted piensa para saber que no es
una máquina, por lo que había que inventar un método automático de criba.
¿Sabe resolver este ‘captcha’?
La respuesta le llegó a Manber de Manuel Blum, un investigador de la universidad
estadounidense de Carnegie Mellon, y sus colaboradores. Lo que inventaron estos tipos
fue un rompecabezas como los descritos anteriormente, muy sencillos de resolver
para un ser humano, pero inasequibles para una máquina, y los bautizaron como
Captchas, acrónimo en inglés de Prueba de Turing Pública Completamente Automatizada
para Diferenciar a los Ordenadores de los Humanos. (www.captcha.net).
Así, ha nacido una nueva carrera entre científicos buenos y piratas malos: mientras
los segundos mejoran sus máquinas para que puedan pasar este moderno test del
replicante, por ejemplo con escaneadores de texto más potentes, los primeros desarrollan
nuevos captchas cada vez más complejos pero a la vez siempre sencillos de resolver
para los usuarios, que, como usted y como yo, para bien o para mal no tenemos
un ordenador en la cabeza.

Artículo de Javier Sanpedro “El robot que formula hipótesis”
(El País, 15 de enero de 2004)
REPORTAJE
El robot que formula hipótesis
Un autómata hace genética con resultados similares a los humanos
La palabra robot viene del checo robota, que significa "trabajo". Desde que Tesibio
de Alejandría inventó una clepsidra automática en el siglo III antes de Cristo,
eludiendo así la penalidad de tener que dar la vuelta al reloj de arena cada diez minutos,
la robótica ha avanzado con paso firme para liberar a la humanidad de las penosas
servidumbres que le impone su existencia terrenal. Pero el robot que acaban de
diseñar Ross King y Stephen Oliver, de las universidades británicas de Gales y Manchester,
va camino de liberar al Homo sapiens del más desagradecido de todos los trabajos
forzados: el de pensar.
El autómata de King y Oliver formula hipótesis, diseña experimentos para evaluarlas,
los hace sin demora, interpreta los resultados, ajusta sus teorías de acuerdo a ellos y
repite el ciclo. La eficacia del robot es similar a la del mejor de nueve licenciados
humanos en biología y ciencias de la computación que han hecho la misma investigación
en paralelo. Lo que más puede interesar a los gestores ministeriales es que el
autómata no protesta cuando la beca se retrasa seis meses.
Los amantes de la guerra de las galaxias se sentirán defraudados al saber que el robot
investigador no sólo carece de piernas, sino que muestra un embarazoso parecido con
una máquina de coser, y no de las más modernas. Pero los genetistas no encontrarán
nada extraño en el problema científico que ha resuelto el autómata con sus propios
experimentos: es exactamente el tipo de rompecabezas con que se pelean todos los
días en sus laboratorios.
King y Oliver presentan hoy en la revista Nature la primera investigación realizada por
el robot: un problema enrevesado de genética de levaduras. Las levaduras sintetizan
tres compuestos esenciales (aminoácidos) mediante una red de 25 reacciones químicas
interconectadas, cada una catalizada por una proteína. Cada proteína está codificada
por un gen, y cada gen se puede inactivar mediante una mutación. Una levadura
mutante es incapaz de multiplicarse en un medio de cultivo, a menos que se le facilite
el producto de la reacción química que le falta (o de una reacción posterior).
King y Oliver suministraron al robot los reactivos, las 25 levaduras mutantes y unos
conocimientos básicos sobre el metabolismo de ese organismo, y le pidieron que descubriera
la función de los 25 genes. Y así lo hizo el disciplinado autómata (véase gráfico).
King y Oliver afirman que su intención no es condenar al paro a los científicos, sino
liberarlos de ciertas tareas intelectuales para que puedan concentrarse en "los avances
creativos de alto nivel". Pero ¿dónde está la frontera entre la ciencia automatizable
y la creativa? King respondió ayer a este diario:
"Ésa es una cuestión fascinante, pero mi opinión es que debe responderse empíricamente.
Si un robot puede hacer algo que sería considerado creativo en caso de haberlo
hecho un humano, yo consideraría creativo al robot. Creo que los ordenadores ya han
resuelto creativamente problemas de ajedrez y de matemáticas. La cuestión abierta es
hasta qué punto eso mismo se puede extender a otros campos del conocimiento".
La opinión de King es similar al llamado test de Turing, que propone que un ordenador
deberá ser considerado inteligente cuando logre engañar a un humano para hacerle
creer (en una prueba a ciegas) que también él es un ser humano. Ése hubiera sido
probablemente el caso de Gari Kaspárov si no hubiera sabido que estaba jugando contra
el ordenador Deep Blue.

jueves, 6 de mayo de 2010

Text 1r. Batxillerat C

Rafael Argullol: “Una definición de alma” (El País (Cataluña),
15 de noviembre de 1998).
Apenas encontraríamos una palabra cuya frecuencia de uso, a menudo apasionado
y no pocas veces en el curso de tensos debates, sea tan inversamente
proporcional al acuerdo sobre su significado como la palabra alma. Estamos
acostumbrados a la utilización de otros muchos términos grandiosos, solemnes,
huecos -según el rango del interlocutor, o según lo que queramos decir u
oír en un determinado momento-, pero pocos, como alma, han reunido a su
alrededor en tan alto grado el prestigio y la desfachatez, dando lugar a palacios
espirituales construidos sobre arenas movedizas, a declaraciones memorables,
a dogmas sangrientos. Por eso me alegró dar, hace unos días, con una
breve definición de alma suficientemente modesta como para evitar el bochorno
de expresarla, pero al mismo tiempo suficientemente clara para poder ser
entendida y, quizá, compartida. Fue durante un encuentro, convocado en el
Museo de la Ciencia de Barcelona, en el que se habló de la posible creación de
un hombre artificial, así como de las consecuencias de un desafío semejante.
Junto a las informaciones científicas sobre los últimos descubrimientos pronto
surgieron, como no podía ser de otro modo, las evocaciones de los grandes
mitos recogidos en la historia de la literatura. A este respecto hay pocos paralelismos
tan fascinantes como el que podemos establecer entre los mitos antiguos
y las modernas propuestas de la ciencia: la teoría del big-bang, por poner
un ejemplo central, aparece misteriosamente enroscada entre los versos de la
Teogonía de Hesíodo que explican la formación del cosmos desde el caos. A
menudo la ciencia, si bien con un lenguaje radicalmente distinto, parece proporcionar
nuevas máscaras a los rostros ya entrevistos por el mito. No es,
pues, de extrañar que la discusión médica y científica sobre la eventualidad de
un hombre artificial conduzca a una rememoración literaria que, en nuestro
siglo, es también cinematográfica: desde los replicantes de Blade Runner, se
retrocede fácilmente a la isla del Doctor Moreau, el monstruo del Doctor Frankenstein
o a la criatura cabalística, el Golem, tan magníficamente revivida en
la novela de Gustav Meyring. Al fondo del escenario siempre asoma la silueta
de Fausto, y más al fondo, facilitando toda la representación, la de Prometeo,
tan gigantesca que se proyecta sobre toda nuestra cultura. El problema filosófico,
y también ético, que sobrevuela la ciencia contemporánea se halla planteado
desde hace largo tiempo, remitiéndose, medularmente, a la interrogación
sobre los límites del conocimiento. Tras los enciclopedistas, que subvirtieron la
lectura del mundo, sustituyendo la jerarquía vertical por un orden horizontal
en el que dios aparecía después de azar, muchos tratarán de dar respuesta a
esta interrogación. A finales del siglo XVIII y principios del XIX la principal
metáfora que resumía el problema era el velo de Isis, que protegía el acceso a
los conocimientos últimos. Algunos, como Schiller, eran partidarios de no rasgarlo,
impidiendo así que el hombre se precipitara en lo que prometía ser unpozo sin fondo. Muchos, sin embargo, excitados por el ambiente propicio del
Sturm und Drang, eran partidarios de emprender la carrera con todas sus
consecuencias. Sólo con este decorado se entiende el tono exaltado del joven
Goethe, que exige en su poema Prometheus la emancipación del hombre con
respecto a Dios y, con posterioridad, el magnetismo de este poema sobre la
imaginación de aquella Mary Shelley que se disponía a escribir su Frankenstein.
Pero probablemente, en un sentido más amplio, debamos retroceder mucho
más y situarnos en el interior mismo del mito de Prometeo. Si éste hubiera
robado tan sólo el fuego de la transformación técnica al alcance del mito se
reduciría, asimismo, a nuestra capacidad de progresión civilizatoria. No obstante,
Prometeo robó otro fuego que incitaba a los hombres a igualarse con los
dioses. A partir de este impulso los hombres se lanzan a emular aquello que es
específico y propio de los dioses: la inmortalidad. Nuestra seducción por los
avances científicos en el terreno de la genética, de la biología, de la medicina,
no es sólo la consecuencia de nuestra aversión a la enfermedad y nuestra lucha
contra la muerte, sino también un episodio más del impulso prometeico
de inmortalidad, otro capítulo de la gran representación surcada de criaturas
alquímicas, de golems, de frankensteins, de replicantes. Cuando hablamos de
estos temas, con entusiasmo o con miedo, cuando discutimos acerca del hombre
"puramente químico", del hombre "artificial", de las ensoñaciones contemporáneas
sobre la ingeniería genética, antes o después, con angustia o con
sorna, acabamos hablando del alma, la vieja palabra solemne que parece
guardada en el polvoriento desván de las metafísicas. Naturalmente podemos
prescindir de ella. Pero quizá podamos todavía llenarla de un significado que
explique las sombras de la angustia que han rodeado, y siguen rodeando,
nuestros sueños de inmortalidad. Para ello debemos acudir de nuevo a la historia
de Prometeo y advertir la otra diferencia de los hombres con los dioses:
éstos no preguntan -no se preguntan- porque, desde su plenitud, no necesitan
preguntar. Nosotros sí, y esto es lo que define, más que cualquier otra cosa, la
condición humana, su grandeza y su tragedia. En consecuencia, más allá de
la transformación técnica, la pervivencia de lo humano estriba en la necesidad,
capacidad y placer de preguntar. Si llegamos a concebir a un hombre que
es tan perfecto, tan feliz -o tan indiferente, tan apático- que no interrogue, estamos concibiendo algo que ya no es un hombre. Mientras lo sea, natural o
artificial, el hombre manifestará sus dudas, sospechas y deseos en la interrogación,
como lo hacen la criatura del Doctor Frankenstein o Roy, el replicante
de Blade Runner, colocados, finalmente, en la misma sala de espejos en la que
estamos nosotros. El alma, si se puede hablar de ella, son las preguntas.

Feina Blade Runner 1r. Batxillerat C

Feina “Blade Runner” 1r. Batxillerat C

1.Mirar la pel·lícula (a l'enllaç de 1r. De Batxillerat A hi ha un parell de direccions, tant per veure-la online com, per si qualcú vol, comprar-la).
2.Contestar a les qüestions següents:
a) Analitza la pel·lícula en relació al que hem vist sobre antropologia (paper de la naturalesa, de la cultura, diverses teories antropològiques) i intentant explicar en què consistirà ser un ésser humà i que ens diferenciarà dels replicants.
b) Com és la societat que ens planteja la pel·lícula? Compara-la amb la del llibre i explica quins elements et semblen que es podrien donar en el nostre futur i quins no i el per què de la teva resposta.
3.Llegeix els texts següents (aquí teniu els enllaços), fes un resum del que estarien explicant i relaciona'ls amb la pel·lícula i el llibre.
4.Llegeix el text següent, fes un breu resum de les seves idees i cerca informació sobre els altres referents literaris i cinematogràfics que l'autor planteja per relacionar amb la pel·lícula.